miércoles, 24 de octubre de 2018

Portugal con la Asociación de Mayores de Ibahernando

          Un año más la Asociación de Mayores San Lorenzo de Ibahernando ha organizado un viaje a Portugal de 4 días de duración. Hemos visitado Aveiro, Oporto, Guimaraes, Braga y Coimbra, cada cual con su encanto, un viaje muy bonito tanto por los sitios visitados como por la compañía. Para repetir.

DIA 1. IBAHERNANDO - AVEIRO

          Comienza nuestro viaje a las 7 de la mañana, en Valencia de Alcántara hacemos la primera parada para desayunar y unas horas después en una gasolinera para dar remedio a las incontinencias del personal.


          La siguiente parada es en Costa Nova, la playa más colorida de Portugal.

          
          Siempre que se habla de las playas de Aveiro se refiere a Barra y Costa Nova, aunque ninguna de ellas pertenece a esta ciudad, sino que forman parte del término de Ilhavo. Barra es una playa más sobria y tosca, a diferencia de Costa Nova con sus casas coloridas, Barra tiene bloques de apartamentos y un gran faro rojiblanco, el más alto de Portugal y el segundo más grande de la península ibérica, lástima que no nos llevaran a verlo.


          De esta zona son típicos los "palheiros", una especie de pajares de madera en los que los pescadores guardaban sus útiles de pesca, que a día de hoy, se han convertido en bonitas casas de verano.


          Después de recoger al guía que nos acompañará durante estos días, Tiago, que más que un guía parece el chico de los recados, nos dirigimos a Aveiro bordeando su enorme ría donde nos esperan para comer.




          Después de comer, unos cuantos nos aventuramos a hacer el viajecito por los canales en las típicas barcas llamadas "moliceiros", que no son góndolas, (se enfadan si las llamamos góndolas). Estas alargadas y coloridas embarcaciones servían para recoger algas y sal pero en la actualidad solo se usan para los paseos turísticos. 










          El puente de los enamorados.



          Fábrica de cerámica.





          Los que no quisieron navegar por los canales en los moliceiros tenían la opción del tren turístico y también las "bugas", que son bicicletas de color blanco totalmente gratuitas.


          Una vez pasada la sobremesa con el relajante paseo en moliceiro nos dirigimos al hotel Alfonso V donde estaremos alojados estos días. Soltadas las maletas nos aventuramos a dar un paseo por esta bonita ciudad cuyo principal atractivo radica en ese delicado equilibrio entre lo nuevo y lo viejo. 


          Iglesia de Santo Domingo, conocida coloquialmente como la Catedral de Aveiro, fue fundada a mediados del siglo XV y desde entonces ha dominado el corazón de la ciudad.




          Iglesia de San Gonzalo.


          Capitanía.


          Bonitas imágenes nocturnas.


DIA 2. AVEIRO - OPORTO - AVEIRO


          Después de tomar un desayuno contundente salimos hacia la ciudad de Oporto. Con más de 1,7 millones de habitantes Oporto es la segunda ciudad más grande de Portugal por detrás de Lisboa. Esta ciudad, situada al norte de Portugal junto a la desembocadura del río Duero, es un lugar muy especial; tal vez sea ese aire de decadencia que la invade o a la vida que se respira en ella. Tal vez sean sus elegantes barrios y villas señoriales en contrapunto con las estrechas calles y viejos callejones que la UNESCO ha declarado Patrimonio de la Humanidad.


          Comenzamos la mañana con el paseo en barco que recorre los 6 puentes de Oporto, es la atracción más popular de la ciudad.


         Los barcos utilizados para dicho viaje se llaman "rabelos", que es el barco tradicional utilizado para transportar las cubas desde los viñedos del valle del Duero hasta las bodegas de Vila Nova de Gaia.


          Durante el crucero de los 6 puentes navegaremos por el Duero desde el puente de Arrábida, el más largo de la ciudad, situado junto a la desembocadura del río, hasta el puente de Freixo, situado en el extremo este de Oporto.





          Además de los anteriores, veremos el puente de Don Luis I (del siglo XIX y con 385 metros, el más espectacular y conocido de Oporto), el puente del Infante Don Enrique (construido en 2003), el puente de María Pía (diseñado por Théophile Seyrig, socio de Gustave Eiffel, en 1873) y el puente de Sao Joao (solo para trenes).









          Puentes María Pía y Sao Joao.



          Al fondo puente Infante Don Enrique.



          Puente Don Luis I.


          Y como no solo de puentes vive el hombre, durante el paseo en "rabelo" también disfrutaremos de las mejores vistas de Oporto y Vila Nova de Gaia, donde se encuentran las bodegas más famosas del vino de Oporto (que por cierto está riquísimo).





          Barrio de Ribeira.





          Puente de Arrábida.










          Justo en frente de la ciudad de Oporto, en la localidad de Vila Nova de Gaia, se ubican la mayoría de las bodegas en las que hace cientos de años se envejece el vino fortificado más famoso del mundo: el Oporto.






          La diferencia fundamental del vino de Oporto con el resto de vinos, es el aguardiente que le añaden para interrumpir la fermentación. De esta forma se conserva la dulzura original de las uvas conservando un alto nivel de alcohol.


          La idea de añadirle aguardiente al vino surge en el siglo XVII, cuando los comerciantes ingleses se interesan por comprar vinos portugueses; estos vinos no soportaban los largos viajes en los barcos en los que los transportaban, así que empezaron a fortalecerlos con aguardiente para que no se estropearan.






          Plaza de la Libertad es la plaza más importante de Oporto y comunicó el Oporto antiguo y el moderno. En el centro destaca la estatua ecuestre del rey Pedro IV realizada en bronce en el año 1862. En la escultura el monarca muestra la Carta Constitucional al pueblo. Al fondo el Ayuntamiento.

       
          Otro lugar curioso y no menos llamativo en la estación de ferrocarril Sao Bento. Fue construida a principios del siglo IX sobre los restos del antiguo convento de San Bento del Ave María. Aunque ya de entrada su fachada es señorial, la verdadera joya se encuentra en su interior: un hall decorado con más de 20.000 azulejos en los que se retrata la historia de Portugal.





          Plaza de la Libertad.


          Iglesia y Torre de los Clérigos. Construida entre 1735 y 1748 por la Hermandad de los Clérigos Pobres en el lugar que se conoce como "el cerro de los ahorcados", ya que es el lugar donde se enterraba a los ajusticiados. Es la torre más alta de Portugal; sus 76 metros de altura y los más de 200 escalones dan acceso a una privilegiada vista panorámica de Oporto.


          Terminada la visita volvemos a Aveiro.


DIA 3. AVEIRO - GUIMARAES - BRAGA - AVEIRO.


          Pasado ya el ecuador de estas mini vacaciones, afrontamos el tercer día de excursión, en esta ocasión a la ciudad de Guimaraes. Esta ciudad es considerada la cuna de Portugal porque aquí nació Alfonso Henríquez, que se convertiría en el primer rey de Portugal. La UNESCO catalogó la zona intramuros del centro histórico de Guimaraes como Patrimonio Mundial, gracias a los valores de originalidad y autenticidad utilizados para su recuperación.


         Castillo de Guimaraes. Cuando la Condesa Muniadona mandó construir una fortaleza en el siglo X lo hizo para proteger al Monasterio que había fundado a los pies de la colina. A finales del siglo XI Don Enrique ordenó la construcción del castillo.


          En la actualidad, la ciudad cuenta todavía con un conjunto patrimonial armonioso y bien cuidado que se puede ver en graciosas barandillas de hierro, balcones y pórticos de granito, casas señoriales, arcos que unen calles estrechas, losas del suelo pulidas por el paso del tiempo, torres y claustros. Por momentos nos sentimos transportados a un escenario medieval, en el que la nobleza construyó sus viviendas.





          A lo largo de los siglos el castillo de Guimaraes ha ido cambiando de dueño y sufriendo varias modificaciones hasta que acabó presa del olvido y del abandono. Una vez más en el siglo XX se comienza una restauración y es declarado Monumento Nacional.


          Palacio de los Duques de Bragança. Fue construido en el siglo XV por Don Alfonso, hijo bastardo de Don Joao I, primer Duque de Bragança. Dicen que a la muerte de su segunda mujer, el Duque se dedicó únicamente a la vida religiosa y su palacio se convirtió en un albergue abierto a los más necesitados.



          Este palacio cayó en el olvido hasta que fue reconstruido en el año 1937. Su reconstrucción terminó más de 20 años después, cuando se abre al público como museo.




          Colegio Lar de Santa Estefanía.


          Convento de Santa Clara. Desde el año 1975 es el ayuntamiento de la ciudad. El Convento de Santa Clara fue levantado en el siglo XVI y se convirtió en uno de los más ricos de Guimaraes. Se hizo muy famoso gracias a los dulces que preparaban las monjas.



          Rúa de Santa María. Es la calle medieval con más historia de Guimaraes ya que unía el monasterio con el castillo. En ella estaban las casas de las personas más influyentes de la ciudad, nobles, clérigos, ...



          Plaza de San Tiago. Dicen que el Apóstol Santiago pasó por este lugar dejando una figura de la Virgen María y a esto debe su nombre esta plaza medieval. En el siglo XI se fundó una capilla aquí, que resistió hasta el siglo XVII cuando fue demolida, más tarde se construyó otra pero no se ha conservado. En el suelo hay grabada en piedra una vieira en recuerdo a San Tiago y una inscripción que dice: "a vosotros hombres que vinisteis a poblar Guimaraes y a aquellos que aquí quieran habitar". Son las primeras palabras de la Carta Foral concedida por el Conde Don Enrique.





          Padrón del Salado. Esta pequeña construcción (declarado Monumento Nacional) de estilo gótico, fue levantado en 1340 (aproximadamente) y conmemora la victoria cristiana sobre los musulmanes en la batalla del Salado en el sur de España. La cruz que hay en el interior se colocó después, y fue una donación de un comerciante vimaranense. La cruz es peculiar ya que por un lado está representado Cristo Crucificado y por el otro lado la Virgen. Originariamente era dorada y policromada.



           Iglesia de Nuestra Señora de Oliveira. esta Iglesia fue reedificada en 1388. Durante la Edad Media fue un lugar muy visitado por los peregrinos que hacían el Camino de Santiago.



          Largo da Oliveira. Esta plaza debe su nombre a un supuesto milagro que sucedió en 1342.


          Dicho milagro es que cuando después de levantarse en esta explanada una cruz normanda (la que está dentro del Padrón del Salado), un olivo volvió a dar fruto tras estar un largo tiempo marchito. Estuvo plantado hasta 1870, cuando fue retirado. Pero en 1985 se colocó en el mismo sitio donde había estado el olivo original uno nuevo, con las inscripciones en su base de los tres años más importantes de la historia del árbol.



















          Largo do Toural. Es una de las plazas más importantes de la ciudad y en la época medieval era la más concurrida de la zona de extramuros. En ella se celebraban las ferias de ganado y corridas de toros. 






         Muralla.




          Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación y Santas Escaleras. El origen de esta iglesia se remonta al siglo XVI, cuando fue levantada una pequeña ermita. En 1785 acaba la construcción de la iglesia grande. Es también conocida como la Iglesia de San Gualter (patrono de la ciudad), ya que aquí se celebran las fiestas gualterianas durante la primera semana de agosto.



          Dejamos Guimaraes y nos dirigimos a las afueras en busca del restaurante que nos dará de comer, que con lo que hemos andado ya se siente "gazuza". Después de tomarnos el cafelito, que por cierto, en Portugal está riquísimo, nos dirigimos a Braga.


          Braga es la tercera ciudad más grande de Portugal, es una ciudad joven y tradicional, repleta de lugares para visitar. Esta localidad se caracteriza por contar con bonitas y relajadas plazas, numerosas callejuelas antiguas cerradas al tráfico rodado, y una gran variedad de monumentales iglesias barrocas que recuerdan constantemente las arraigadas costumbres religiosas de sus gentes.


          Braga es considerada como el principal centro religioso de Portugal. Los romanos ya la conocían como Bracara Augusta, y durante el siglo XII ya era sede del episcopado portugués. Su larga historia se puede percibir en sus numerosos monumentos e iglesias, la más destacada es la Catedral (Catedral de Sé), ya que muestra varios estilos arquitectónicos, que van desde el románico hasta el barroco.


          Arco da Porta Nova. Este elegante arco dieciochesco funcionó como acceso principal a la ciudad de Braga durante mucho tiempo. Este arco muestra el ostentoso escudo de armas del arzobispo José de Bragança.









          Catedral de Braga. Fue la primera catedral portuguesa, construida varias décadas antes de la fundación del país. Comenzó a construirse a finales del siglo XI y la consagró y dedicó a la Virgen María el 28 de agosto de 1089 el obispo D. Pedro en sesión solemne. Rivalizaba en podre con la Catedral de Santiago de Compostela. D. Enrique y Dª Teresa, padres del primer rey de Portugal, están sepultados en la Capilla de los Reyes.



         Designada también como la Catedral de Santa María de Braga, en ella se conservan testimonios artísticos de sus más de nueve siglos de historia. Del estilo románico inicial se conservan la Puerta del Sol, la planta con girola, el pórtico principal y el absidiolo del claustro de Santo Amaro, cuyos arquitectos fueron los prelados del Monasterio de Cluny (Francia), San Geraldo y Mauricio Brudino.


          En el siglo XV se impuso el estilo gótico en la construcción de la galería de entrada en el templo. En el interior podemos encontrar una tumba de madera de talla gótico-flamenca perteneciente al Infante D. Alfonso, hijo del rey D. Joao I y de Dª Filipa de Lancaster.


          En el siglo siguiente, durante el reinado de D. Manuel, se introdujeron otros elementos decorativos, entre los que destaca la pila bautismal y, al exterior de la capilla mayor, un nicho con la estatua de Nossa Senhora do Leite, atribuida a Nicolau Chanterenne y que integra el escudo de la ciudad.

          El estilo barroco no dejó de marcar su presencia, sobretodo en la decoración interior de los altares, las obras de madera dorada, el coro alto y en órganos monumentales de la capilla mayor, así como de los dos curiosos campanarios que señalan la fachada exterior.




          Capilla de los Coimbras, también conocida como "Capela de Nossa Senhora da Conceiçao", edificación probablemente de origen románico, cuenta con trazas góticas que fueron añadidas en el año 1528. Está considerada como Monumento Nacional.


          Iglesia de la Santa Cruz. Y al fondo la Iglesia de San Marcos.










         Iglesia de San Marcos.



          Plaza de la República de Braga. Es un lugar agradable, repleto de cafés y restaurantes. Cuenta con un ambiente muy agradable y relajado perturbado solo por la fuente cuando comienza su danza de agua.









          Jardines de Santa Bárbara, plaza del siglo XVII con estrechos caminos rodeados de flores y setos con formas llamativas situado junto al Palacio Episcopal.




          Antiguo Palacio Episcopal de Braga. Se comenzó a construir durante el siglo XIV, y fue ampliado durante los siglos XVII y XVIII. Actualmente alberga las dependencias de la universidad y una biblioteca municipal.


          Biblioteca pública de Braga.


          Ayuntamiento.



          Impresionante el interior de la Catedral de Braga.













          Hubo muchas cosas que nos quedamos sin ver de Braga, una de ellas y para mi la más importante, el Santuario de Bom Jesús do Monte. Ya tengo excusa para volver.

DIA 4. AVEIRO - COIMBRA - IBAHERNANDO.

          Ultimo día de nuestras mini vacaciones. Con las maletas ya cargadas en el autobús, nos ponemos en ruta hacia Coimbra, la capital medieval y ciudad universitaria por excelencia de Portugal.




          Coimbra fue la capital medieval de Portugal durante más de cien años, y es sede de la universidad más grande del país durante los últimos cinco siglos. Actualmente es una ciudad compacta, que debe visitarse a pie. Su casco histórico se encuentra junto a una ladera en la orilla del río Mondego, y compone una pintoresca estampa formada por edificios que abarcan casi un milenio de historia, desde el morisco Arco de Almedina, hasta la Torre del Reloj, que corona el patio de la antigua universidad.




          La Universidad Velha o Universidad Vieja se compone de un notable conjunto de edificios de los siglos XVI al XVIII, donde destacan lugares como la Torre del Reloj, la Capela de Sao Miguel o la Biblioteca Joanina.


          La Universidad Vieja de Coimbra se encuentra instalada desde 1537 en los edificios del antiguo Palacio Real (Real Paço de Coimbra), la más antigua residencia regia portuguesa. Dichas edificaciones fueron restauradas y transformadas en (Paço dos Estudos). Realmente esta universidad fue fundada en el año 1290 por el Rey D. Dinis en Lisboa, pero fue trasladada a Coimbra en el año 1537 por iniciativa de Joao III. Lisboa no volvió a ser universitario hasta 1911 y, antes, no hubo ninguna otra universidad en todo el país que no fuera la de Coimbra.









          Desde las barandillas que rodean el patio central, también conocido como Patio das Escolas, donde se encuentra una estatua de D. Joao III, obtendrás unas magníficas vistas sobre los barrios de la cuidad y sobre el río Mondego. Además merece la pena fijarse en la puerta de entrada al recinto, ya que es de estilo manierista, y es conocida como Porta Férrea.



          En una esquina del Patio das Escolas se alza una majestuosa torre que fue construida entre 1728 y 1733, obra del arquitecto italiano Antonio Caverani. Dicha torre cuenta con 34 metros de altura y alberga en su interior las campanas que marcan el funcionamiento de la Universidad.



          A la derecha de la Porta Férrea se halla el edificio principal, en estilo manuelino, conocido como Palacio Universitario, al cual se le añadió una bonita columnata conocida como Vía Latina, edificada en el siglo XVIII para facilitar el paso entre las diversas dependencias.






          Sé Velha o Catedral Vieja de Coimbra. Data de mitad del siglo XII y fue abierta al culto en el año 1184. Se trata de uno de los monumentos románicos más bellos de Portugal, cuyo exterior presenta una apariencia de iglesia-fortaleza gracias al proyecto del maestro francés Roberto. La fachada principal presenta una decoración con influencias islámicas, mientras que la puerta lateral conocida como Puerta Epeciosa, es atribuida al escultor Jean de Rouen, y cuenta con una elegante decoración renacentista.




          Claustro. Es de estilo románico-gótico y se inició en 1218. De este destacan los capiteles naturalistas.




       
         Retablo de la capilla del Santísimo Sacramento (1566) es completado con una elegante cúpula de casetones de estilo manierista. Dicho retablo es obra de Jean de Rouen.


         En su interior, a lo largo de las naves laterales, se distribuye la galería del triforio. De él cabe destacar el retablo de estilo gótico flamígero del altar mayor, que data de 1498 y fue realizado por los escultores flamencos Olivier de Gand y Jean d'Ypres.



          Esta edificación funcionó como Sede Episcopal hasta 1772 y, posteriormente, estuvo en posesión de la Misericordia hasta 1778. De 1785 hasta 1816 fue ocupada por la Orden Terceira de Sao Francisco y, después de esa fecha, pasó a servir como sede de la parroquia de Sao Cristóvao.



       


          Rúa Ferreira Borges.


          La Iglesia de Sao Bartolomeu se encuentra situada en pleno centro histórico de la ciudad. Su construcción fue iniciada en 1756 sobre los vestigios de un templo medieval del siglo X.


          De su interior destacan varios retablos en talla dorada de estilo barroco, principalmente los del altar mayor (del siglo XVIII), que incluye una tela alusiva al Martirio de San Bartolomé. En el lado del Evangelio hay un retablo de estilo manierista (siglo XVI), del que destacan las pinturas referentes a la muerte y resurrección de Cristo.





          Iglesia de Sao Tiago. Construcción románica del siglo XII que acogía a los peregrinos que realizaban el camino de Santiago. Este templo, de tres naves, fue consagrado en el año 1206 y sufrió varias transformaciones en los siglos XVI, XVIII y XIX. Su portal principal sigue el esquema de decoración geométrica de la Sé Velha (Catedral Antigua). El lateral muestra una decoración de conchas alusivas al patrón de Sao Tiago.


Praça do Comercio.



          Hotel Astoria Coimbra.






          Monasterio de Santa Cruz. Este templo románico fue construido en el año 1131 por el arquitecto francés Roberto durante el reinado de Alfonso Henriques, y fue entregado a la Orden de los Canónigos de la Regla de San Agustín. Por él pasaron notables personajes como San Antonio, que en Coimbra tomó el hábito y las órdenes de San Francisco.


          La iglesia recibió varias obras de reforma, algunas promovidas por el Rey Manuel I, entre las que destacan la creación de las bóvedas, atribuidas al maestro Diogo de Boitaca, o la notable sillería manuelina, que data del año 1513. También destacan otras obras encomendadas por el Rey Nicolás Chaterène, con las que se instalaron las esculturas yacentes de los sepulcros reales, de estilo renacentista.



          Alfonso Henriques y Sancho I, los primeros reyes de Portugal, reposan en elegantes túmulos en la capilla mayor de esta iglesia románica, hoy en día transformada en Panteón Nacional.





Praça 8 de Maio.


          La fachada del Monasterio data del siglo XVI y muestra elementos estructurales románicos conjugados con la decoración de la portada; mientras que el arco triunfal data del siglo XIX.


          Rúa Visconde da Luz.


          Aquí finaliza nuestra visita a Portugal, con ganas de haber visto más, pero eso incita a volver.

          después de la comida, sobre las 4 de la tarde nos dirigimos nuevamente al autobús, esta vez no para seguir visitando cosas, esta vez es para comenzar el regreso a casa. Después de una parada de emergencia para rellenar de agua el motor del autobús y para ir al baño, proseguimos hasta que paramos a cenar en Aliseda. De ahí a casa ya nos queda un paseo. 

          A las 23 horas ya estamos en casa sanos y salvos. Gracias a todos por vuestra compañía y a repetir en otro viajecito. 

¡¡¡¡HASTA LA PRÓXIMA!!!!!

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